No sé si alguno de vosotros habéis oído esta frase, porque yo la he oído hasta la saciedad. Sobretodo, en esa época tan difícil que pasamos todo el mundo: "la edad del pavo". Donde te crees en posesión siempre de la verdad y discutes todo.
En esa época, haciendo honor a una de mis características más significativas, soy testarudo a más no poder, discutía todo y siempre mantenía mi posición. Hasta que mi padre, muy sabio él, me decía esta frase para dar por zanjado el tema y para quedarse con la razón. Después de esta frase no había más que discutir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario